Hablar de Larry Bird es hacerlo de uno de los mejores, si no el mejor, de la historia de la NBA. Su rivalidad con el jugador de Los Ángeles Lakers, Magic Johnson, ya desde la etapa universitaria, contribuiría a revitalizar una NBA muy devaluada hasta entonces por problemas con las drogas, raciales y de violencia.
Nació en West Baden Springs, un pequeño pueblo de Indiana, estado en el que el baloncesto es una religión. Sus primeros años los pasaría a caballo entre esta localidad y la vecina French Lick, junto a sus cinco hermanos (cuatro chicos y una chica). No tuvo una infancia fácil pues se crió en un ambiente repleto de problemas: económicos, el alcoholismo de su padre, el divorcio de sus padres, el suicidio de su padre... No es de extrañar que Larry pasase temporadas viviendo en casa de sus abuelos y que encontrase en el baloncesto una vía de escape a tantos problemas.
Con toda esta amalgama de circunstancias el joven Larry iba conformando su carácter frío e introvertido, que años más tarde le haría tan famoso. Siempre reconoció que la infancia que tuvo fue una motivación durante sus años de jugador. Y es que, detrás de aquel jugador rubio con pinta de bonachón y al que apodaban "el paleto de French Lick", se escondía un jugador frío, con un tiro letal, con muy mala leche y un auténtico maestro del thrash talking.
Durante un All Star, antes del concurso de triples, Larry entraba a los vestuarios para cambiarse. Allí se encontraba con el resto de participantes, algunos con mucho mejor porcentaje en tiros de 3 puntos que él durante la liga. Lejos de mostrarse distendido y dispuesto a pensar sólo en el espectáculo que iban a dar, Larry comenzaba a comerle la tostada a sus rivales cuando les preguntaba antes de empezar: ¿Quién de vosotros va a competir por el segundo lugar?. Y por si fuera poco, en la final del concurso, cuando necesitaba encestar el último balón para ganar, justo después de lanzarlo, levantó su brazo en señal de victoria y se dirigió hacia el centro del campo, todo ello antes de que el tiro entrase.
Después de ganarlo en 3 ocasiones, Larry decidió no volver a presentarse al concurso de triples, pasando a comentarlo por televisión. Sin él, Craig Hodges ganó 3 títulos e igualó su marca. Cuando le dijeron al polémico jugador de los Chicago Bulls que sus títulos llegaron porque no participara Larry, no se le ocurrió otra cosa que cargar contra él y retarlo públicamente: "Si Larry quiere, ya sabe donde puede encontrarme". Larry, ni corto ni perezoso, recogió el guante y humilló a Hodges sin piedad "Sí, sé donde encontrarlo, en el fondo del banquillo de los Bulls" (Hodges era un jugador muy limitado, que sólo destacaba por su tiro de 3 puntos).
Durante aquellos años, los Boston Celtics tenían una gran rivalidad con los Detroit Pistons. Los Bad Boys de Chuck Daly iban a más y estaban conformando el bloque que años más tarde les darían dos títulos de la NBA. En uno de aquellos partidos, Dennis Rodman recibió instrucciones para hacerle un marcaje individual a Larry. Tenía orden de acompañarlo hasta el vestuario si hiciese falta. Larry, ante un marcaje tan pegajoso y rozando los límites del reglamento, que hubiese sacado del juego a muchos, se lo tomó con humor y se dedicó todo el partido a cascar en alto: "¡Estoy solo!, ¡Eh, pasadme la pelota!". El joven Rodman no entendía nada y era él quien se estaba yendo del partido. Y Larry insistía "¡Estoy solo, rápido, pasármela antes de que se den cuenta de que no me marca nadie!". Y cada balón que le llegaba a Larry conseguía anotar. Lejos de quedarse conforme con eso, Larry cada vez que pasaba por la banda donde se encontraba el banquillo de los Pistons, buscaba a Chuck Daly y le decía: "Hey Chuck, ¿quién me está marcando?", "¿Hay alguien que lo esté haciendo?". "Pon alguien a que me defienda u os meteré 60 puntos".
También existen anécdotas fuera de las canchas, como la ocurrida en el Pub Chelsea de Boston en plenas finales de conferencia contra los Sixers en 1985. Mientras Larry Bird y otros compañeros tomaban algo en el Pub Chelsea, sin saberse los motivos, se organizó una pelea en la que Larry se lesionó su mano derecha tras golpear al camarero. Sus porcentajes en esas series se redujeron hasta un 26 y un 33,3%, muy por debajo de sus números más habituales. Y en las finales de la NBA contra los Lakers, el dedo inflamado de Larry pesó mucho en su rendimiento y su equipo lo notó. Tras perder las finales, un frustrado Larry Bird cargó duramente contra su compañero Cedric Maxwell acusándolo de bajo rendimiento cuando debería de ser una de las piezas básicas por sueldo y experiencia. De su pelea, nadie comentó nada y, a día de hoy, sigue negando que aquella lesión motivada por la pelea influyera negativamente sobre su rendimiento en las finales.