domingo, 13 de noviembre de 2016

Un vestuario galáctico

UN VESTUARIO GALÁCTICO

Cuando la dinámica de resultados no es la esperada la prensa enseguida carga las tintas y focaliza la presión sobre los hombros del entrenador y su equipo de ayudantes. En muchas ocasiones seguro que tienen gran parte de la culpa por sus planteamientos tácticos y/o la metodología empleada. Pero también es cierto que, en no pocas ocasiones, son los propios jugadores los que desafían al entrenador y, de alguna manera, "fuerzan" la situación. Vamos, lo que toda la vida se llamó hacer la cama.


El Real Madrid es un club que en los últimos años ha experimentado este tipo de situaciones. En la temporada 2004-2005 retornaba al club Jose Antonio Camacho, tras cinco años al frente de la selección española. Jugador de la casa, de raza y caracter, el día de su presentación decía que "vuelvo a mi casa" y "quiero un Real Madrid imparable".

Sin embargo, aquellas cosas quedaron en eso, en palabras. Un vestuario repleto de estrellas, con varios balones de oro y excesivamente contemplados por su presidente, chocó con la forma de ver el fútbol y los valores que pretendía implantar Camacho. Así, en el primer partido de la fase de grupos de la Champions League, estalló todo. Camacho sentó a Figo y Ronaldo en el 58, cuando ya el equipo perdía 3-0 ante el Bayer Leverkausen alemán. 

Con el barco en llamas, a los tres días visitaban al Espanyol en el estadio olímpico Lluis Companys. Camacho deja en el banquillo a Raul (que ese día ni jugó) y a Bechkam. Mientras daba la alineación alguno se reía, a lo que Camacho les soltó "ahora id a hablar con vuestros amiguitos de la prensa". Tras acabar el partido, Camacho dimitía.

Mientras Florentino Pérez sacaba la cara por los jugadores alabando su profesionalidad y sacrificio, Camacho se despedía como un caballero y sin airear los trapos sucios del vestuario. "El rendimiento del equipo no es el adecuado y, estando yo, no va a mejorarlo, por eso he decidido marcharme(...). Tengo una manera de ser, de entrenar y de jugar, y no he visto esa proyección en el terreno de juego".


Años más tarde, durante la temporada 2015-16 llegaba al vestuario del Bernabeu otro entrenador con ADN madridista: Rafa Benítez. En una de sus primeras ruedas de prensa, Benitez afirma que "Cristiano Ronaldo no es el mejor jugador al que yo haya entrenado" y, por si fuera poco, viaja hasta Gales para entrevistarse con Bale. Los capitanes y el jugador portugués, víctimas de los celos, montaron en cólera. Y por si fuera poco, a Cristiano Ronaldo lo desplaza inicialmente de su posición para colocar ahí al galés. Las quejas del portugués no tardaron en llegar: criticas a su sistema de juego encorsetado, no invita a Benítez a la presentación de su documental, constantes desplantes en los partidos y entrenamientos, declaraciones polémicas a la prensa...

Además Benitez sentencia a varios jugadores (James, Jesé e Isco) por diversos motivos: poca actitud y profesionalidad los dos primeros, y por chocar con el último tras unas declaraciones. Se le criticaba por apostar por jugadores mucho menos mediáticos pero mucho más solidarios y comprometidos, como Casemiro o Lucas Vázquez, en lugar de los citados. 

Uno de los ayudantes de Rafa Benítez, Antonio Gómez, asegura que "los jugadores no hacían caso al entrenador, pero no de ahora, sino desde la primera jornada de liga cuando empatamos con el Sporting 0-0. Mientras Rafa hablaba y daba instrucciones en el vestuario, algunos jugadores miraban hacia abajo, se tocaban el codo y se reían...algo que yo no había visto jamás".

Con semejante panorama, la situación estaba muy clara. Se repetía la misma historia de Camacho. Destitución, palmadita a los jugadores y patada al entrenador. 

sábado, 12 de noviembre de 2016

El Tour de Trump

EL TOUR DE TRUMP

Ahora que está tan en boga el nombre de Donald Trump, el nuevo presidente de los EEUU, no podemos dejar pasar la oportunidad de contar una de sus muchas excentricidades. En este caso, como no podría ser de otra manera, centrada en el deporte.


De todos es sabido que el Tour de Francia pasa por ser la carrera ciclista más famosa y prestigiosa del mundo. Pues bien, en 1987 a un grupo de periodistas deportivos norteamericanos se les ocurrió hacer una carrera ciclista en EEUU que compitiese con la roda gala. Las competiciones ciclistas allí por entonces se reducían a modestas pruebas en la costa oeste sobre todo.

En su búsqueda de patrocinios se centraron en la ciudad de Atlantic City, donde había varios casinos que podrían financiarla. Trump, como propietario de tres de los más importantes, se ofreció como patrocinador principal de la prueba. La idea sorprendió a propios y a extraños pues Trump ni era aficionado al ciclismo, ni tampoco al deporte en general. "Siempre estoy haciendo inversiones y creo que este evento puede ser enorme en el futuro, incluso más grande que el Tour" argumentaba justificando su postura. 


Una vez puesta en marcha la idea, tan sólo faltaba ponerle nombre a la criatura. Lo que en principio iba a ser el Tour de Jersey, acabó denominándose Tour de Trump. "Podríamos llamarlo de otra manera pero tendría menos éxito (...). Creo que va a ser tan importante como el Tour de Francia" decía convencido un Trump que inicialmente no se mostraba convencido de que la carrera llevase su nombre. Además, el proyecto contó con el visto bueno del por entonces estandarte del ciclismo estadounidense, Greg Lemond. El tres veces ganador del Tour le auguró "un enorme impacto" y "un gran futuro a largo plazo".


En 1989, tuvo lugar la primera edición que contó con varios equipos que renunciaron entonces a participar en la Vuelta a España (una de las tres grandes junto con el Tour de Francia y el Giro de Italia), que se corría en la misma época. Contó con primeras espadas como los equipos PDM, Panasonic, 7Eleven, Lotto... o los corredores Greg Lemond, Andrew Hampsten, Raúl Alcalá, Ekimov o Lauritzen.

Para la segunda y última edición de 1990, Trump ya empezó a tomar partida de la organización, llevando la carrera hasta estados en donde tenía intereses financieros. Los premios y los participantes seguían creciendo y sólo el Tour de Francia los superaba. Sin embargo, en 1991 Trump se declara en bancarrota, renuncia al patrocinio y la carrera pasa a conocerse, hasta su desaparición en 1996, como Tour Dupont.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Fútbol y valores

FÚTBOL Y VALORES

Thierry Henry, uno de los futbolistas franceses más sobresalientes de las últimas décadas, realizó unas sorprendentes declaraciones al diario The Guardian, allá por el 2/12/2014.



"En Mónaco, cuando no centraba buenos balones a Sonny Anderson o Mickael Madar (los delanteros titulares por aquel entonces, que posteriormente jugarían en el FC Barcelona y Deportivo de la Coruña respectivamente), y ellos remataban por encima de la valla de alambre de La Turbie (campo de entrenamiento del Mónaco), adivinen quien tenía que ir a buscar la pelota: David Trezeguet y yo".

"Incluso después de haberme convertido en campeón del mundo, Tigana (entonces entrenador del AS Mónaco) me pidió cargar con los petos para el entrenamiento. Había varios hombres y una mujer allí que se me ofrecieron para llevarlos, pero Tigana dijo: "No no, le toca a los jóvenes hacerlo". "



"Cuando yo era un joven jugador en el primer equipo del AS Mónaco, no había nombres en  las taquillas. Esperaba hasta que llegasen todos los del primer equipo y encontraban un lugar para sentarse. En el autobús del equipo, cuando nos íbamos a las 10 de la mañana, acudía hasta dos horas antes para asegurarme de no perderlo. Me quedaba allí durante dos horas a la espera y no me sentaba hasta que me decían que podía hacerlo."

"Es una pena que estos valores desaparezcan. Estamos perdiendo algo. Convertirse en profesional no es algo que se le debe a alguien. Cuando yo era más joven, era yo el que iba a saludar a todos los profesionales. Hoy en día es casi al revés"

"Empecé a recibir masajes cuando tenía 21-22 años. Si Tigana nos veía en la mesa de masaje nos decía: "¿Qué estas haciendo aquí?, ¿Dónde te duele? ¿Su espalda? ¿Usted ha jugado cinco segundos en la Ligue 1 y está dolorido? Vaya a entrenar, vaya a correr y deje su sitio para Franck Dumas o Enzo Scifo." Tenía razón,