FÚTBOL Y VALORES
Thierry Henry, uno de los futbolistas franceses más sobresalientes de las últimas décadas, realizó unas sorprendentes declaraciones al diario The Guardian, allá por el 2/12/2014.
"En Mónaco, cuando no centraba buenos balones a Sonny Anderson o Mickael Madar (los delanteros titulares por aquel entonces, que posteriormente jugarían en el FC Barcelona y Deportivo de la Coruña respectivamente), y ellos remataban por encima de la valla de alambre de La Turbie (campo de entrenamiento del Mónaco), adivinen quien tenía que ir a buscar la pelota: David Trezeguet y yo".
"Incluso después de haberme convertido en campeón del mundo, Tigana (entonces entrenador del AS Mónaco) me pidió cargar con los petos para el entrenamiento. Había varios hombres y una mujer allí que se me ofrecieron para llevarlos, pero Tigana dijo: "No no, le toca a los jóvenes hacerlo". "
"Cuando yo era un joven jugador en el primer equipo del AS Mónaco, no había nombres en las taquillas. Esperaba hasta que llegasen todos los del primer equipo y encontraban un lugar para sentarse. En el autobús del equipo, cuando nos íbamos a las 10 de la mañana, acudía hasta dos horas antes para asegurarme de no perderlo. Me quedaba allí durante dos horas a la espera y no me sentaba hasta que me decían que podía hacerlo."
"Es una pena que estos valores desaparezcan. Estamos perdiendo algo. Convertirse en profesional no es algo que se le debe a alguien. Cuando yo era más joven, era yo el que iba a saludar a todos los profesionales. Hoy en día es casi al revés"
"Empecé a recibir masajes cuando tenía 21-22 años. Si Tigana nos veía en la mesa de masaje nos decía: "¿Qué estas haciendo aquí?, ¿Dónde te duele? ¿Su espalda? ¿Usted ha jugado cinco segundos en la Ligue 1 y está dolorido? Vaya a entrenar, vaya a correr y deje su sitio para Franck Dumas o Enzo Scifo." Tenía razón,
"Incluso después de haberme convertido en campeón del mundo, Tigana (entonces entrenador del AS Mónaco) me pidió cargar con los petos para el entrenamiento. Había varios hombres y una mujer allí que se me ofrecieron para llevarlos, pero Tigana dijo: "No no, le toca a los jóvenes hacerlo". "
"Cuando yo era un joven jugador en el primer equipo del AS Mónaco, no había nombres en las taquillas. Esperaba hasta que llegasen todos los del primer equipo y encontraban un lugar para sentarse. En el autobús del equipo, cuando nos íbamos a las 10 de la mañana, acudía hasta dos horas antes para asegurarme de no perderlo. Me quedaba allí durante dos horas a la espera y no me sentaba hasta que me decían que podía hacerlo."
"Es una pena que estos valores desaparezcan. Estamos perdiendo algo. Convertirse en profesional no es algo que se le debe a alguien. Cuando yo era más joven, era yo el que iba a saludar a todos los profesionales. Hoy en día es casi al revés"
"Empecé a recibir masajes cuando tenía 21-22 años. Si Tigana nos veía en la mesa de masaje nos decía: "¿Qué estas haciendo aquí?, ¿Dónde te duele? ¿Su espalda? ¿Usted ha jugado cinco segundos en la Ligue 1 y está dolorido? Vaya a entrenar, vaya a correr y deje su sitio para Franck Dumas o Enzo Scifo." Tenía razón,
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